lunes, 7:00 am. como cada lunes me dispongo a poner rumbo a mi puesto de trabajo... los anchos y largos campos de castilla. mis moscas me esperan, no entienden de sueño ni de cansancio, de duros domingos de resaca ni de cañas en la latina. solo entienden que tienen que ser sexadas y esa es mi ardua y difícil tarea. me espera hora y pico en el coche. no obstante, decido que ese lunes va a ser un gran día. meto en la radio uno de esos dispositivos "cassette con cable" que permiten adaptar las radios de cassette (existió la vida antes del CD señores!!) a otros dispositivos mas modernos y sofisticados como los mp3, mp4, mp5 o mp6... enciendo mi mp3 LG que me da los buenos días: "Life's good". defnitivamente ese va a ser un gran lunes, la tecnología es sabia y no miente. busco la canción deseada. suena. grito y canto como si lo fueran a prohibir, como si no existiera el mañana. mi pequeño lanos blanco se ha convertido en el más grandioso escenario jamás imaginado... el palacio de los deportes, el vicente calderón, el estadio de la peineta, no sé, alguno... supongo que los coches me miran, pero me da igual. me siento bruce springsteen ante 15.000 fanáticos asistentes al mas esperado de mis conciertos. la música suena a 120 decibelios, por lo menos. decibelio arriba, decibelio abajo. canto y recito todos y cada uno de los versos; palabra a palabra, coma por coma.
entonces me acuerdo de una gran frase de esas que siempre sueles recordar y que tu memoria retiene y deja salir solo en contadas ocasiones. dice mi madre que mi abuelo le decía: "si te supieras la lección tan bien como te sabes la letra de algunas canciones irías ya por la tercera o cuarta carrera"
durante unos segundos la música no suena. sólo pienso en tan acertada frase. ese silencio dura poco. vuelvo a subir el volumen y me autoconvenzo: "a veces aprendes con la música lecciones que ni la filosofía, ni la historia, ni las matemáticas son capaces de enseñar"
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